EL BLOG
OPINA
Excelente
prosa con tomadura de pelo incluída, que resulta altamente refrescante y
gratificante en estos tiempos de “demonios sueltos” en la política de ambas
naciones. Nos queda el consuelo de que los protagonistas de estas barrabasadas
de una torpeza monumental, son solo bichos, que no valen ni el papel que usan
para limpiarse…
(Como diría
un argentino: hay mucha “gilada” en política)
Opinión TAL
CUAL Caracas| 13/09/2014
Viajes peligrosos HARRY
BLACKMOUTH/ Nueva York
En estas
últimas semanas hemos observado los casos del ex jefe de la DIM, el general Hugo Carvajal,
quien fue pésimamente tratado por el gobierno de esa minúscula islita que es
Aruba, y del presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, quien debió
cancelar su viaje a la
República Argentina, donde hubiera sido recibido con todos
los honores por el vicepresidente de Argentina Amado Boudou, previo a su
probable ingreso en la cárcel.
Con cada
día que pasa el mundo resulta cada vez menos ancho y mucho más ajeno para
dirigentes y funcionarios del gobierno bolivariano de Venezuela.
Afortunadamente, cuando parece que el faldón del paltó se les va a quedar
enganchado en alguna puerta, un milagro de última hora o una cancelación en el
instante postrero evitan su inmersión en el vilipendio y las (infundadas)
acusaciones.
En estas
últimas semanas hemos observado los casos del ex jefe de la DIM, el general Hugo Carvajal,
quien fue pésimamente tratado por el gobierno de esa minúscula islita que es
Aruba, y del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela Diosdado Cabello,
quien debió cancelar su viaje a la República Argentina,
donde hubiera sido recibido con todos los honores por el vicepresidente de
Argentina Amado Boudou, previo a su probable ingreso en la cárcel.
No es
nuestra intención defender al general Carvajal de los cargos que le formularon
las autoridades de Oranjestad, a donde había viajado para hacerse cargo del
consulado general del gobierno bolivariano. Carvajal no solo se ha defendido de
las acusaciones por presuntos "delitos de lesa humanidad, tráfico de
drogas, asesinatos y torturas", sino que ha contraatacado.
Ahora,
todos aquellos que lo han acusado, entre ellos fiscales de Miami y de Nueva
York, funcionarios del departamento de Estado, y los ejecutivos de Semana de
Colombia y The New York Times de Estados Unidos, deben estar buscando asilo en
alguna capital foránea, tratando de eludir el castigo por sus difamaciones.
El
Dreyfus de Venezuela, convencido de que finalmente la justicia triunfará, ya ha
presentado ante un juez de Caracas "un auxilio judicial con la finalidad
de recabar las pruebas de la existencia de esa malintencionada campaña que,
desde distintas latitudes, establecieron en mi contra". Una vez logrado
ese objetivo, añadió, "procederé a demandar penalmente a los
responsables".
Aunque
aconsejamos al general Carvajal que espere sentado, pues las ruedas de la
justicia suelen girar con más lentitud que las del escarnio, estamos seguros
que logrará su redención. Justamente por estos días leímos que en Estados
Unidos el teniente primero Alonzo H. Cushing recibió una medalla de honor del
presidente Barack Obama por su heroísmo en la batalla de Gettysburg.
Bueno, Obama
no enganchó la medalla en el pecho de la solapa del soldado porque Cushing
murió hace más de 150 años, pero lo que vale es la intención. Varios de los
admiradores del militar, entre ellos una dama de 94 años de edad, bregaron para
que fuera reconocido su coraje. Estamos seguros que lo mismo ocurrirá con el ex
jefe de la DIM. Su
inocencia será celebrada. Y quizás, en menos tiempo.
VIAJE
INTERRUPTUS
La
cancelación del viaje que debía realizar a Buenos Aires el presidente de la Asamblea Nacional
de Venezuela obedece a razones distintas. Pero si están plenamente justificadas
sus excusas aunque todavía no ha ofrecido una sola resulta inexplicable que
el gobierno de Caracas mantenga el mutismo ante el rescindido traslado de
Cabello a la nación sureña.
No
olvidemos que la Argentina
sigue siendo vastamente recordada a raíz de la maleta sin declarar de Guido
Antonini Wilson donde viajaban 790.550 dólares, y en cuya remisión y/o relleno
de billetes verdes nada tuvieron que ver ni el gobierno de Hugo Chávez, ni el
de Néstor Kirchner.
Por lo
tanto, cada vez que un funcionario venezolano viaja a la Argentina, o un
funcionario argentino a Venezuela, hay un enorme interés en toda América
Latina. Es como si se unieran el hambre con las ganas de comer.
El
mutismo, por alguna razón, siempre genera sospecha. ¿Cómo es posible que este
cronista se haya informado de la programación del viaje de Cabello, y no de su
cancelación? (Me enteré de la suspensión de la travesía en "Por mi
madre", una muy interesante columna que publica TalCual).
¿Qué
ocurrió para tamaño sigilo? Es posible que Diosdado Cabello, un hombre muy
ahorrativo, haya desdeñado contratar a un buen encargado de relaciones
públicas. Fue un error. No olvidemos que una de las funciones más importantes
de esos funcionarios es averiguar el currículum de las personas que se
entrevistarán con su jefe.
De haber
contado con ese asesor, seguramente Cabello hubiera descubierto que el
vicepresidente argentino tiene pendientes ocho juicios políticos tras haber
sido acusado por el juez Ariel Lijo de "cohecho pasivo" (coima), y
por "negociaciones incompatibles con la función pública".
El juez
Lijo inculpó a Boudou por la apropiación de un 70% de la empresa Ciccone
Calcográfica, que monopoliza la impresión del dinero en la Argentina. La firma
estaba a punto de ir a la quiebra en el 2010, cuando Boudou se hallaba al
frente del Ministerio de Economía, un cargo en el que se sentía como el zorro
libre en el gallinero libre.
Según el
juez, Boudou creó una empresa fantasma, The Old Found, se consiguió un
testaferro, salvó a Ciccone Calcográfica de la bancarrota, y a cambio recibió
una participación mayoritaria en la compañía.
Cuando
Cabello descubrió la catadura moral de Boudou, seguramente quedó horrorizado y
ordenó suspender su viaje, con los resultantes fastidios que eso involucra.
Vaya uno a convencer a la empleada de una agencia de turismo que necesita
diferir un vuelo. Se pueden pasar días enteros con la oreja pegada al auricular
del teléfono sin que la dama se moleste en aceptar la solicitud.
Lamentablemente,
la moral puritana del presidente de la Asamblea Nacional
de Venezuela no le conquistará muchos amigos, ni le permitirá conocer otros
escenarios donde lucir su prosopopeya. Y eso es perjudicial en esta época en
que Venezuela necesita proyectarse al exterior y por culpa del Mundial de
Fútbol carece hasta de vuelos internos.
Pero a no
desfallecer. Gracias a los sistemas de satélite próximos a ser puestos en
marcha, como el Cheverito Uno y el Cheverito Dos, Diosdado Cabello estará
pronto en condiciones de visitar la estratósfera.