Las falsas sonrisas que esconden una realidad imposible de ocultar |
marzo 17,
2015 12:30 pm EFE
EL BLOG OPINA
Lamentable
situación político, social y económica de unos incapaces de órdago, con
promesas de las mil y una noches. Soberbios que ahora no encuentran un hueco por donde huir, que se creyeron salvadores del
mundo y en su ignorancia llevaron y aún llevan a sus respectivas naciones al
holocausto más cruel. Estos tres buenos para nada en sus mejunjes políticos de
improvisada factura y una corruptela digna del famoso Alí Babá y los Cuarenta Ladrones
coartaron toda esperanza de cambio positivo en los pueblos por ellos
gobernados. Nicolas, Dilma y Cristina
una pesadilla de la que aún dista mucho despertar.
Las dificultades políticas
y económicas que asoman en América Latina después de la bonanza parecen cebarse
especialmente en los países con mandatarios que llegaron al poder con la
herencia de su antecesor como principal capital político. EFE
La
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, es el último ejemplo de lo que algunos
analistas ya han definido como la “crisis de los sucesores”, que afecta también
a Cristina Fernández en Argentina y a Nicolás Maduro en Venezuela.
La
excepción a la regla es el “sucesor” por antonomasia de los presidentes
latinoamericanos, Raúl Castro, heredero del poder conquistado por su hermano
Fidel en la revolución de 1959.
Rousseff,
quien acaba de iniciar su segundo mandato consecutivo, ha perdido mucho
respaldo popular, principalmente debido a un gran escándalo de corrupción en la
empresa estatal Petrobras y al “parón” de la economía brasileña, lo que se ha
traducido en multitudinarias manifestaciones de protesta en las principales
ciudades de su país.
Por
razones distintas en lo político, aunque similares en lo económico, Fernández y
Maduro tampoco están en su apogeo.
Los tres
tuvieron una oportunidad única de llegar a la jefatura de Estado al ser
designados por sus antecesores como herederos de su legado político.
Sin duda
se ganaron los votos con los que fueron elegidos -Rousseff y Fernández dos
veces consecutivas-, pero sin Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner y Hugo
Chávez sus carreras políticas seguramente hubieran sido distintas o, al menos,
hubiesen tenido otros tiempos.
Caso
Brasil
El hoy
expresidente Lula, que tras dos mandatos consecutivos no podía volver a
postularse, designó a Rousseff, que entonces era la jefa de su gabinete,
candidata presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) para las elecciones
de 2010, en las que ganó en la segunda vuelta.
También
fue quien lanzó a Rousseff a la reelección, que se concretó en los comicios de
2014, también en una segunda instancia.
Cuando ya
ha pasado el ecuador de su segundo mandato el popular Lula, al que
prácticamente no le afectó en su imagen la salida a la luz un gran escándalo de
corrupción durante su gobierno, anunció a Rousseff como su sucesora y alegó que
quería que Brasil fuera gobernado por una mujer.
Pero
además Rousseff no era nueva en la política.
Los
Kirchner en Argentina
En 2007,
el entonces presidente argentino, Néstor Kirchner, también designó a la hoy
mandataria Cristina Fernández, con la que llevaba casado desde 1975 y tenía dos
hijos, como candidata a las elecciones presidenciales de ese año.
Kirchner
podía haber optado a la reelección, pero decidió que fuera la “pinguina” -le
gustaba identificarse como un pinguino por ser de la Patagonia- la que
aspirase a gobernar Argentina en el periodo 2007-2011 y ella, que había hecho
carrera política en el Senado, no le defraudó, pues obtuvo un resonante triunfo
electoral.
Para la
reelección en 2011, Fernández no pudo contar con el apoyo de Kirchner, pues
había fallecido un año antes, pero sí del presidente de Venezuela, Hugo Chávez,
quien señaló que Argentina la necesitaba para mantener el rumbo.
Chávez y
Maduro
Chávez, a
su vez, dejó un sucesor antes de morir de un cáncer en 2013: Nicolás Maduro, su
canciller y en sus últimos tiempos vicepresidente ejecutivo.
Maduro
ganó las elecciones de abril de 2013 por un estrecho margen, lo que llevó a la
oposición a no reconocer su legitimidad.
En 2014
cuando no llevaba ni un año en el poder afrontó una ola de protestas contra su
gobierno que derivaron en violencia y en detenciones de políticos opositores y
estudiantes.
La
polarización política se agudizó y la situación económica empeoró, debido en
parte a la caída de los precios del petróleo.
La
economía de Venezuela registró una contracción en 2014, lo mismo que ocurrió
con la de Argentina.
Últimos
acontecimientos
Fernández,
que en diciembre próximo entregará el poder, se enfrenta pocos meses antes a su
despedida de la Casa
Rosada a una grave crisis política, a raíz de la muerte en
circunstancias no aclaradas del fiscal Alberto Nisman.
El fiscal
murió de un disparo en la cabeza poco después de haber denunciado a Fernández,
al canciller Héctor Timerman y otros oficialistas por encubrimiento de
terroristas iraníes.
El caso
Nisman ha puesto al Gobierno argentino bajo sospecha y ha servido de
aglutinador del descontento contra el kirchnerismo, que está en el poder desde
2003.
Desde ese
mismo año lleva gobernando ininterrumpidamente el Partido de los Trabajadores
de Brasil y aún más tiempo el chavismo en Venezuela, pues el tres veces reelegido
Chávez asumió su primer mandato en 1999.
Por el
contrario, Raúl Castro está en su mejor momento.
Apuntalado
por el salvavidas económico que supone la alianza con Venezuela que fraguó su
hermano mayor, ha emprendido la renovación de las estructuras económicas de
Cuba, ha llegado a un histórico acuerdo con EE.UU. para normalizar las
relaciones bilaterales y se prepara para negociar un acuerdo con la Unión Europea.
Su
“estrella” puede brillar aun más si el Gobierno de Barack Obama logra que el
Congreso levante el embargo económico a Cuba.